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Andrei Chikatilo - El
Carnicero de Rostov
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Andrei estaba "legalmente cuerdo" y fue
sentenciado a la pena capital |
Nació en Ucrania el 16 de Octubre
de 1936, en una pequeña aldea en tiempos de hambruna, cuando morían
millones de personas cuyos cadáveres se amontonan en las calles y
campos, lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana era
escuchar en el regazo de su madre como su hermano mayor, Stepan había
sido raptado y devorado, aunque no era un caso aislado en aquellos duros
años treinta, el hecho marcaría notablemente al niño,
quien se sentía en esos momentos más solo que nunca, de hecho
no existe ningún documento que informe acerca del nacimiento o muerte
de Stepan pero la manera en como su madre se los contaba hacia que la historia
pareciera verídica.
En la escuela era muy introvertido, incapaz de
aceptar su miopía, (sus primeras gafas las tubo a los treinta años,
y hasta los doce se orinó en la cama). Siempre era humillado por
los otros compañeros, cualquiera podía decirle lo que fuese,
él se limitaba a escuchar y a aguantar. No es de extrañar
que con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas
contenidas y con todas esas injurias. A medida que iba creciendo, se hacía
más tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar
su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba
una chica, de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia.
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Como todos los ciudadanos
soviéticos sirvió en el ejército y luego se dedicó
a los estudios, obteniendo tres títulos: en lengua y literatura rusa,
en ingeniería y en marxismo-leninismo.
En 1971, un diploma universitario le dio el grado
de maestro. Sentía una creciente atracción por las menores
de doce años, y se colaba en los dormitorios para verlas en ropa
interior mientras se masturbaba con la mano dentro del bolsillo. Más
tarde Chikatilo se refugió en el Comunismo, pero su fijación
con el dogma político rayaba en la demencia.
A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa,
y aunque era incapaz de mantener una erección, sí podía
eyacular. Logró alcanzar en contadísimas ocasiones la suficiente
erección para dejar embarazada a su esposa, pero no dejaba de pensar,
que la naturaleza lo había castigado castrándolo al nacer.
Era un marido de carácter estable y trabajador, un padre que nunca
levantaba la voz ante los hijos, un respetado miembro del partido comunista
que leía los periódicos y se mantenía al corriente
de la actualidad. Discreto, vivía con la rigurosa austeridad que
corresponde a un verdadero soviético.
En la escuela en la que trabajaba, sus alumnos
se reían de él, le apodaban "el ganso" porque
sus largos hombros encorvados hacían que su cuello pareciese alargado,
y por que lo tenían por tonto. Él no hacía nada por
remediarlo, tampoco cuando le empezaron a llamar "maricón",
ni cuando le pegaban arrojándole una manta por encima o cuando
lo sacaban de las aulas a patadas. Después de cierto tiempo le
adquirió tanto miedo a los chicos que empezó a llevar un
cuchillo a su trabajo.
El 22 de diciembre de 1978, Chikatilo mató
por primera vez a los 42, abordó en la calle a una niña
de nueve años de edad, y la convenció para que se fuera
con él a una cabaña que poseía en las afueras de
la ciudad. Sabía como hablar a los niños, él mismo
había sido maestro y tenía a sus dos hijos. Una vez allí
la desvistió con violencia. Accidentalmente, le hizo un rasguño
del que brotó sangre, hecho que le propició una erección
inmediata, estableciendo el vínculo fatal entre sangre y sexo.
Luego, sacó un cuchillo y se lo clavó a la niña en
el estómago. Con cada puñalada notaba que se acercaba más
al orgasmo, por lo que no cesó de hacerlo hasta la eyaculación.
Chikatilo había intentado satisfacer su necesidad sexual movido
por la esperanza de llegar a ser igual que los demás, pero no lo
era. Su flacidez y las burlas de las mujeres que se lo recordaban a cada
momento, era más de lo que podía esperar. También
se dio cuenta de que su placer no consistía en acariciar los genitales
ajenos, sino en maltratarlos.
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Dos días
después de este crimen la policía encontró los restos
de la niña en el río Grushovka, y cerca de la cabaña
de Chikatilo una gran mancha de sangre. Los policías interrogaron
al hombre, pero acabaron inculpando a otro agresor sexual, Alexander Kravchenko.
Chikatilo era, por las paradojas que marcaban sus actos, más dual
que nunca.
Era el típico marido sumiso y asexual. Hacía
todo lo que su mujer le ordenaba o casi todo. Ella solía desear
los placeres del lecho con más frecuencia que él, y eso
les llevaba a frecuentes discusiones, a que ella le recordase en todo
momento lo taciturno e inerte que era. Su acusación de haber molestado
sexualmente a los estudiantes le costo el trabajo, pero gano uno nuevo
en una fabrica en el que tenia que estar viajando constantemente, siempre
se estaba moviendo lo cual le ayudaba a escoger sus nuevas víctimas.
Tres años pasarían antes de que Chikatilo
asesinara por segunda vez, el 3 de septiembre de 1981. Su segunda víctima
fue Larisa Tkachenko de 17 años de edad, la convenció de
ir con él al bosque para tener relaciones sexuales, pero fallo
en el intento por lo que ella se río de él, esto lo enfureció,
perdió el control, estranguló a la mujer y eyaculó
sobre el cadáver, mordisqueo su garganta, le corto los senos y
en su frenesí se comió los pezones.
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Chikatilo mató por primera vez a los 42, abordó
en la calle a una niña de nueve años de edad |
Luego, comenzó a lanzar aullidos mientras
bailaba una danza de guerra alrededor del cuerpo, dejó el cuerpo
sin vida con un palo enterrado. En esos momentos supo que volvería
a matar. Los dos primeros asesinatos de Chikatilo tuvieron cierto carácter
fortuito. Es posible que, en ambos casos, sus intenciones fueran solamente
de índole sexual. Los gritos de terror le excitaban, pero era el
asesinato en sí lo que presentaba para él el acto sexual
supremo.
Su tercera víctima fue Lyuba Biryuk,
fue raptada de una villa y fue acuchillada 40 veces en el bosque, le mutilaron
los ojos esto se volvería algo común en sus asesinatos,
la firma mortal de Chikatilo.
Chikatilo asesinó a otras 3 personas ese año, entre ellas
se encontraba su primera víctima masculina, Oleg Podzhivaev de
9 años de edad, el cuerpo no se encontró pero Chikatilo
afirmó ser el responsable y que le había arrancado los genitales,
la prensa estaba enloquecida con el asesino en serie, el modus operandi
era siempre el mismo, sus víctimas siempre se encontraban en los
bosques, con indicios de violencia y sadomasoquismo, y en ocasiones les
faltaban miembros a las víctimas, eran niños, niñas
y chicas jóvenes. Entre ellos había muchos escapados de
casa y retrasados mentales, pues se dejaban convencer más fácilmente
y agradecían su ayuda en el laberinto del sistema de transportes
local, con el que no estaban familiarizados. En 1984 asesinó a
15 personas, mientras el tiempo entre sus asesinatos iba disminuyendo
el número de víctimas iba en ascenso. Chikatilo los elegía
entre la multitud en estaciones ferroviarias y en paradas de autobús,
y con algún pretexto, los convencía para que lo siguieran
a alguna zona boscosa. Una vez allí les infligía numerosas
puñaladas (entre treinta y cincuenta). Casi todas las víctimas
sufrían la mutilación de los ojos. A las adolescentes o
chicas jóvenes les seccionaba los pechos o los pezones, ya fuera
con sus afilados cuchillos o con los dientes. El útero era extirpado
con tal precisión que todos los cirujanos de la provincia de Rosstov
pasaron a ser sospechosos en potencia. Mientras las violaba, se enfurecía
tanto por llegar tan rápidamente al orgasmo que les machacaba la
cara a golpes. Para ocultar su impotencia, a veces, con la ayuda de una
ramita, colocaba el semen en la vagina de la víctima. En el caso
de los niños, los atacaba nada más hallarse a solas con
ellos en el bosque: un golpe para aturdirlos con las manos atadas y unos
golpes de cuchillo poco profundos para establecer su dominio sobre ellos.
Posteriormente los mutilaba a mordiscos, les cortaba los genitales o solamente
extirpaba los testículos, que guardaba a modo de trofeo. También
arrancaba los ojos de todas sus víctimas, quizás para evitar
encontrarse con sus miradas. En algunas ocasiones realizaba estas amputaciones
cuando la víctima se hallaba aún con vida, aunque no consciente.
En ninguno de los casos se encontraron las partes del cuerpo seccionadas
en las cercanías de la escena del crimen.
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Además de los sádicos y crueles asesinatos
practicaba actos de canibalismo. |
Además practicaba actos de
canibalismo, en sus declaraciones confesaría que le gustaba tragarse
las partes del cuerpo más blanditas... En 1981, se convirtió
en funcionario de abastecimiento de una fábrica, y el trabajo,
que le obligaba a recorrer una buena parte de la región, le proporcionaba
la tapadera perfecta.
El Instituto Serbsky de Moscú diseñó el perfil de
un hombre ostensiblemente normal, probablemente casado, con un trabajo
regular, y por esperma hallado en los cuerpos de sus víctimas,
se supo que su sangre era del grupo AB. El 14 de septiembre de 1984, detuvieron
a Chikatilo en el mercado de Rosstov, pues en líneas generales
encajaba con la descripción del asesino, pero no pudieron demostrar
nada más. Chikatilo parecía un hombre respetable, y tras
hacerle un análisis de sangre, ésta resultó ser de
grupo A. Enseguida fue puesto en libertad sin cargos. Por esas alturas,
los archivos de la policía contenían datos de unos 26.500
sospechosos.
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Cuando apareció
el cadáver número treinta, los periódicos empezaron
a dar noticias del posible asesino en serie, quienes todos creían
un retrasado mental, a pesar que la policía no estaba de acuerdo,
pues la amplia dispersión del asesino indicaba que éste
disponía de un vehículo, factor que en Rusia era eliminativo.
Chikatilo fue acusado de haber robado un rollo
de linoleo de su oficina, siete meses después con ese caso aun
pendiente, fue arrestado por comportamiento impropio en la estación
de autobuses de Rostov, fue sentenciado a 15 días en prisión,
pero la policía creía que él era el asesino, así
que compararon la sangre de Chikatilo con el semen encontrado en los cuerpos
de las víctimas e inexplicablemente no era el mismo tipo de sangre,
fue sentenciado a un año en cárcel por el robo del linoleo
pero el juez simpatizó con él y lo liberó antes,
el asesino estaba libre otra vez.
El 17 de octubre de 1990, volvió a matar en un bosque cercano a
la estación de Donlesjoz. Este crimen absorbió a toda la
policía local y a una fuerza antidisturbios de 100 hombres. Pero
dos semanas después, Chikatilo volvió a actuar, y ésta
vez fueron unos 600 detectives los encargados de investigar a lo largo
de la línea de los bosques, en dónde montaban guardia tres
o cuatro oficiales en los apeaderos más aislados.
El 6 de noviembre de 1990, uno de estos detectives,
el sargento Igor Rybakov, vio surgir del bosque un hombre con traje y
corbata. Mientras observaba cómo éste se lavaba las manos
en la fuente advirtió que tenía un dedo vendado y una mejilla
manchada de sangre. Le pidió los documentos y elevó un informe
de rutina. Cinco días después encontraban un nuevo cadáver
en ese mismo lugar el cual estimaron que llevaba muerto más o menos
una semana.
El homicida tenía que haber pasado por la estación, y el
culpable no podía ser otro que el sospechoso del informe de Rybakov.
Lo arrestaron el 20 de noviembre, sospechoso de haber asesinado a 36 víctimas,
todos ellos mujeres y niños. Su esperma, aunque no su sangre, sí
era AB.
El fiscal general de la provincia de Rosstov emitiría una orden
de detención contra Chikatilo, efectiva a partir del 20 de noviembre
de 1990. Y ese mismo día, en efecto, fue retenido por la KGB, mientras
éste con paso lento y senil decía "¿Cómo
pueden hacerle esto a una persona de mi edad?". En los interrogatorios,
afirmó que simplemente era un ciudadano normal, que no había
cometido ningún tipo de delito, y que era objeto de una persecución
absurda por parte de la policía. El 27 de noviembre prometió
que estaba dispuesto a aportar pruebas de sus crímenes si no continuaban
atosigándole con los interrogatorios que le recordaban los detalles,
y dos días después se derrumbó ante un psicólogo
a quién acabó confesando 53 asesinatos. Posteriormente guió
a los investigadores a los distintos lugares con la esperanza de que el
número de muertes lo convirtiera en un "espécimen de
estudio científico".
Escribió una declaración firmada
para el Fiscal General, que decía: "Me detuvieron el 20 de
noviembre de 1990 y ha permanecido bajo custodia desde entonces. Quiero
exponer mis sentimientos con sinceridad. Me hallo en un estado de profunda
depresión, y reconozco que tengo impulsos sexuales perturbados,
por eso he cometido ciertos actos. Anteriormente busqué ayuda psiquiátrica
por mis dolores de cabeza, por la pérdida de memoria, el insomnio
y los trastornos sexuales. Pero los tratamientos que me aplicaron o que
yo puse en práctica no dieron resultados. Tengo esposa y dos hijos
y sufro una debilidad sexual, impotencia. La gente se reía de mí
porque no podía recordar nada. No me daba cuenta que me tocaba
los genitales a menudo, y sólo me lo dijeron más tarde.
Me siento humillado. La gente se burla de mí en el trabajo y en
otras situaciones. Me he sentido degradado desde la infancia, y siempre
he sufrido. En mi época escolar estaba hinchado a causa del hambre
e iba vestido con harapos. Todo el mundo se metía conmigo. En la
escuela estudiaba con tanta intensidad que a veces perdía la consciencia
y me desmayaba. Soy un graduado universitario. Quería demostrar
mi valía en el trabajo y me entregué a él por completo.
La gente me valoraba pero se aprovechaba de mi carácter débil.
Ahora que soy mayor, el aspecto sexual no tiene tanta importancia para
mí, mis problemas son todos mentales (...) En los actos sexuales
perversos experimentaba una especie de furor, una sensación de
no tener freno. No podía controlar mis actos. Desde la niñez
me he sentido insuficiente como hombre y como persona. Lo que hice no
fue por el placer sexual, sino porque me proporcionaba cierta paz de mente
y de alma durante largos periodos. Sobre todo después de contemplar
todo tipo de películas sexuales. Lo que hice, lo hice después
de mirar los vídeos de actos sexuales perversos, crueldades y horrores."
Lo que la policía dedujo de esta declaración, es que el
asesino trataba de buscarse una posible salida alegando enfermedad mental,
una obsesión de tratamiento psiquiátrico.
Los psiquiatras del Instituto Serbsky, no obstante,
lo veían como un sádico prudente que no sufría ningún
trastorno que pudiera impedirle que sus actos estaban mal, que eran actos
premeditados. Por esa razón, en octubre de 1991, dieron a conocer
sus conclusiones, diagnosticando que el asesino estaba "legalmente
cuerdo". El juicio de Andrei Chikatilo se iniciaba en abril de 1992,
y duraría hasta octubre de ese mismo año. Éste, con
la cabeza rasurada, presenció su juicio desde un cubículo
de metal. El primer día deleitó a los fotógrafos
esgrimiendo una revista porno, pero más tarde, abatido, se quitó
la ropa y meneó el pene gritando: "Fijaos que inutilidad,
¿Qué os pensáis que iba a hacer con esto?"
Los jueces no dudaron en anunciar el veredicto
que habían nominado: el 15 de octubre de 1992 fue sentenciado a
la pena capital, y fue ejecutado en la prisión de Moscú
el 16 de febrero de 1994.
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